Agorafobia y trastorno de pánico. ¿Cómo afrontarlos?
El 20% de la población general, ha sufrido al menos, un ataque de pánico a lo largo de su vida.
Tener un ataque de pánico aislado, no es un trastorno psicológico, lo que sucede que, a partir de esa primera experiencia, suelen repetirse con cierta frecuencia y/o hay un miedo claro y persistente a tenerlos, es entonces cuando podemos hablar de trastorno de pánico.
¿Qué es el trastorno de pánico?
El trastorno de pánico se distingue de otros tipos de trastornos de ansiedad por tratarse en el primer caso de un ataque de pánico repentino, inesperado y sin una causa aparente.
Un ataque de pánico es una súbita aparición de una gran cantidad de ansiedad, en el que se teme que ocurran desgracias como morir, volverse loco, tener un ataque al corazón, perder el control, desmayarse, ahogarse…
Junto a estos pensamientos, la persona que lo padece percibe una serie de sensaciones fisiológicas que le causan malestar tales como; taquicardia, sudoración, calor, dolor, tensión y/ o pinchazos, sensación de ahogo, dificultad al tragar, nudos en el estómago, mareo, visión borrosa, cambios en el ritmo respiratorio, tensión muscular, desrealización, despersonalización…
¿Qué es la agorafobia?
Al percatarse de estas sensaciones, la persona intenta buscar ayuda y seguridad; hablar con los médicos, ir a urgencias, distraerse, volver a un sitio seguro o cualquier otra conducta que corte o reduzca la crisis. Esto provocará un alivio inmediato, pero hará que se prolonguen los ataques de pánico y el malestar, haciendo que se mantenga a lo largo del tiempo.
Una gran proporción de los sujetos que lo sufren, y debido al intenso miedo de sufrir una nueva crisis, evita situaciones donde pueda ser difícil escapar o socialmente embarazoso conseguir ayuda.
En estos casos, hablamos también de agorafobia (miedo al miedo).
Estas personas, evitan afrontar tales situaciones, y en caso de hacerlo, tienden a escapar volviendo a un lugar seguro.
Como resultado, su vida queda fuertemente condicionada y restringida.
Algunas de estas situaciones temidas son:
- Hacer colas
- Meterse en lugares concurridos
- Alejarse de casa
- Conducir
- Usar transportes públicos
Aunque, en la mayoría de los casos van asociados el trastorno de pánico con agorafobia, también podemos encontrar casos en los que se presente el trastorno de pánico (sin evitación agorafóbica) o personas con problemas de agorafobia (sin ataques de pánico).
Cómo se mantiene la ansiedad en general y el trastorno de pánico en particular
Una persona nota sensaciones (estímulo interno fisiológico), inmediatamente piensa que algo malo va a suceder (respuesta cognitiva), esto provoca sensaciones fisiológicas de ansiedad (respuesta fisiológica), y se van cruzando estas dos respuestas (ataque de pánico), hasta que el sujeto finaliza la secuencia «poniéndose a salvo» (respuesta motora), lo que produce alivio y seguridad momentánea, pero más miedo a medio/largo plazo.
¿Es posible la recuperación?
A pesar de la sintomatología tan desagradable que conlleva un ataque de pánico y sus severas implicaciones en la vida cotidiana de aquellos que lo padecen, el uso de un tratamiento correcto, con unas técnicas específicas para el manejo del trastorno de pánico y su sintomatología, conlleva a la recuperación de una vida normal.
Tel: 648140332