En mayor o menor medida, todo el mundo se preocupa por razones muy similares: el trabajo, la salud de los seres queridos, la relación con los demás, la educación de los niños…
Sin embargo, en algunas personas, esto ocurre de una manera desorbitada llegando a ser incontrolable en la mayoría de las ocasiones y afectando significativamente en su calidad de vida.
Esta preocupación, junto al resto de respuestas de ansiedad, tales como: hipervigilancia e hipersensiblidad ante el medio , dificultades de concentración, tensión muscular, alteraciones en el sueño, etc, les provoca un malestar clínicamente significativo, así como un deterioro importante en distintas áreas de sus vidas (familiar, social, laboral).
Es en este momento, cuando la preocupación es excesiva y aparece constantemente llegando a ser incontrolable, cuando hablamos de Trastorno de Ansiedad Generalizada.
¿ Cómo sé si presento Trastorno de Ansiedad Generalizada?
Las personas con Ansiedad Generalizada describen su problema como que no pueden dejar de preocuparse, no pueden parar sus pensamientos sobre que las cosas pueden ir mal.
Esta sensación va a menudo acompañada de alguno de los siguientes síntomas:
- Inquietud
- Fatigabilidad
- Dificultades para concentrarse
- Sensación de tener la mente en blanco
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Trastornos del sueño
Con respecto a los pensamientos, los más frecuentes suelen ser:
- Sobre la salud de los hijos (¿y si mi hijo tuviera meningitis?)
- Sobre su seguridad ( ¿y si tiene un accidente con el autobús del cole?)
- Sobre la seguridad de otras personas queridas ( ¿y si mi padre tuviera algo grave?)
- Sobre el trabajo (¿y si cometo un error en el trabajo y me despiden?)
- Sobre sus finanzas( no voy a poder hacer frente a los gastos)
- Rendimiento académico( este año no voy a sacar las asignaturas para acabar la carrera)
- Relación con familiares y amigos( Luis hoy me miró mal, seguro que le pasa algo conmigo).
O sobre cualquier otro tema que pueda resultar perturbador para la persona que los presenta.
Cada vez que aparece una preocupación, la persona busca mentalmente una solución, que a su vez provoca una nueva preocupación, intentando neutralizar con otra solución. Y así se entra en un proceso rumiativo que parece no tener fin.
Un ejemplo de ello sería la mamá que deja a su hijo montado en el autobús escolar y comienza a pensar “ ¿y si tiene un accidente?”, a lo que se enfrenta razonando de la siguiente forma “no, no puede ser, es muy poco probable, nunca antes ha pasado”. Pero inmediatamente después vuelve a aparecer en su mente una nueva preocupación: “pero, ¿y si lo tuviera?”, lo que de nuevo vuelve a contrarrestar utilizando el sentido común “si tiene un accidente no tendría por qué ser grave ni pasarle nada a mi hijo” y así entrar en un proceso sinfín donde se concatenan preocupaciones involuntarias sobre desenlaces negativos y pensamientos voluntarios que tratan de bloquear los anteriores.
En el Trastorno de Ansiedad Generalizada es muy frecuente la preocupación sobre las preocupaciones. Se cree que este proceso no es normal, que uno está enfermo y que acabará volviéndose loco.
En el polo opuesto, hay otras personas con Trastorno de Ansiedad Generalizada que tienen el convencimiento de que preocuparse es bueno. Sería algo parecido a creer que el solo mero hecho de preocuparse es un modo de afrontar y solucionar posibles problemas. Predecir la aparición de futuros problemas y tener ya preparado un plan para abordarlos.
Esta manera de conceptualizar la preocupación, se aprende desde la infancia y es muy probable que la influencia de los padres sea determinante.
Esta constante lucha mental provoca que la ansiedad ascienda y descienda. Los pensamientos catastróficos la elevan y los neutralizadores la reducen. Sin embargo, este alivio ni es completo ni duradero, ya que al instante, la solución genera otro problema.
Algunos estudiosos del tema han llamado al Trastorno de Ansiedad Generalizada como un proceso descontrolado de solución de problemas.
La persona constantemente estaría anticipando problemas sin desearlo y, a su vez, los atajaría voluntariamente, intentando resolverlos a la búsqueda de la solución definitiva que, nunca llegaría.
Tipos de reacciones en las personas con Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Reacción Física.
Las reacciones más frecuentes en la ansiedad generalizada son:
- Alteraciones del sueño ( meterse en la cama y tardar en conciliar el sueño, o bien presentar un sueño ligero con muchos despertares a lo largo de la noche.
- Dolor de cabeza y espalda como resultado de la tensión muscular sostenida.
- Notar molestias en el aparato digestivo como; boca seca, estreñimiento o diarrea, digestiones pesadas, aires…
- Taquicardia
- Ahogo
- Temblores
- Piernas débiles
Reacciones Estratégicas.
Como ya hemos comentado antes, una de las reacciones que se produce durante la ansiedad generalizada suele ser la búsqueda de un pensamiento NEUTRALIZADOR. Esto es, cada vez que aparece un pensamiento de preocupación, la persona lo bloquea con un pensamiento en formato de solución, que, como hemos dicho anteriormente, no es más que un generador de una nueva preocupación.
Otra de las Reacciones Estratégicas en los casos de ansiedad, suele ser la DISTRACCIÓN, cuyo objetivo es también, cortar con los pensamientos perturbadores y la ansiedad que éstos producen, siendo la eficacia de esta técnica moderada y corta, es decir, supone un alivio inmediato pero que a la larga, mantendría el problema.
Otro comportamiento voluntario que el sujeto con ansiedad generalizada realiza es la EVITACIÓN de aquellas situaciones generadoras de ansiedad, lo que a largo plazo, aumenta también el problema.
Y por último, otra de las estrategias empleadas es la COMPROBACIÓN, con la finalidad de asegurarse de que todo va bien.
La Ansiedad Generalizada suele ser el trastorno de Ansiedad más frecuente.
Su curso generalmente es fluctuante en función de las circunstancias estresantes que sufra el paciente.
El tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada debe ser llevado a cabo por un profesional especializado, sólo así se conseguirá una adecuada recuperación y evolución con respecto al Trastorno.