¿Qué es la terapia de pareja?
Es un tipo de terapia que emplea unas técnicas concretas para ayudar a las parejas a entender y resolver conflictos que surgen a medida que la relación va evolucionando y aparecen problemas que no se sabe cómo resolver, y por tanto provoca el deterioro de la pareja. Normalmente es uno de ellos el que toma la iniciativa para buscar ayuda profesional y anima al otro a acudir a terapia.
Cuando comienzan los conflictos, es la pareja la que en primer lugar intenta solucionarlos por sus propios medios, llevando a cabo cambios que en la mayoría de los casos no ayudan a alcanzar los resultados deseados; dándose un tiempo, intentando cambiar algunos aspectos concretos de la otra persona o de ellos mismos… En algunas ocasiones se consiguen resolver pero en la mayoría de los casos, esto no hace otra cosa que aumentar aún más la insatisfacción y el malestar emocional. Cuesta tomar la decisión de incluir la presencia de un terapeuta en la pareja.
En el momento que se acaban los recursos, van surgiendo problemas que afectan al estado emocional. Los miembros de la pareja comienzan a prestar atención a los aspectos que no funcionan, no ven la salida y aparece un enorme desgaste en la relación. Para solucionar esto, los psicólogos de pareja proporcionamos las herramientas necesarias para mejorar la comunicación entre los dos, utilizando técnicas y ejercicios para el manejo y resolución de conflictos.
Causas de los problemas de pareja
Hay muchas causas que pueden provocar problemas en la pareja; desde hábitos personales a otros que proceden de la pareja en sí: Infidelidad, celos, falta de confianza, escasa o comunicación ineficaz… entre otras. Pero existen otras que no tenemos tan en cuenta, especialmente cuando se da el paso de convivir juntos y aumentan el compromiso y las responsabilidades. Estas son:
- El alto nivel de responsabilidad que ambos miembros tienen cuando empiezan a convivir en un mismo espacio.
- Disminución de la novedad, y aumento de la monotonía.
- Expectativas previas idealizadas por uno de los miembros o ambos.
- Ruptura de los roles tradicionales de la mujer y el hombre en la convivencia.
- Falta de tiempo libre. Lo que hace que disminuya el tiempo de calidad que dedican a realizar actividades gratificantes juntos.
- Abandono de las actividades lúdicas por largas jornadas laborales y cansancio.
- Dificultades a la hora de educar a los hijos cuando los hay, para ponerse de acuerdo en pautas educativas, toma de decisiones…
Muchos de estos problemas se pueden solucionar acudiendo a un terapeuta, de hecho, el 90% de las parejas acuden a especialistas para mejorar su estado actual.
Objetivos de las terapias de pareja
Lo primero es conocer la historia de la pareja para analizar los puntos de complicidad que tuvieron y reavivar la relación. La clave reside en fomentar la empatía y favorecer la comunicación; ponerse en el lugar del otro y comunicar las cosas que molestan sin herir los sentimientos de la otra persona, llegando a un acuerdo entre ambos. Con esta terapia queremos conseguir:
- Reducir o eliminar el problema que afecta a la pareja.
- Si se decide romper la relación, procurar que la ruptura sea lo menos conflictiva posible.
- Conseguir una interacción más eficiente, desechar sentimientos negativos, aclarar temas no enfrentados.
- Fomentar el conocimiento entre ambos.
- Forjar una relación de confianza y comunicación.
- Rescatar los puntos fuertes de cada uno en la relación que ayuden a mejorar y/ o sostener la relación.
¿Cuándo acudir a un terapeuta?
Las parejas suelen acudir a un terapeuta cuando la situación se hace realmente insostenible, sin ni siquiera ser conscientes de cuándo comenzó todo. Debe evitarse llegar a situaciones límites tales como; infidelidades, amenazas o situaciones de violencia física o psicológica. Los síntomas que nos llevan a acudir a terapia de pareja suelen ser:
- Fallo en la comunicación.
- Sentirse solos aún cuando se está en pareja.
- Sentimiento de haber dejado de ser uno mismo.
- Ver sólo aspectos negativos en la pareja.
- Mentiras.
- Falta de confianza.
- Pérdida del deseo sexual.
- Sentimiento de celos constantes.
- Hechos pasados que no se han solucionado y se van arrastrando.
- Sentimientos de dependencia emocional hacia la pareja.
El terapeuta ayudará a tomar decisiones adecuadas, comunicarse asertivamente, perdonar y soltar hechos pasados que dañaron la relación, volver a recuperar momentos de intimidad y en definitiva, favorecer el sentimiento de plenitud en la pareja, mejorando enormemente la relación entre ambos.
¿Y si mi pareja no quiere acudir a la terapia?
Para acudir a terapia de pareja, es necesario que ambos estén de acuerdo en solucionar los problemas existentes. La pareja es cosa de dos y lo ideal es que ambos reconozcan los problemas que les afecta y quieran solucionarlos.
En caso de que sólo sea uno de ellos el que esté dispuesto a acudir a consulta, podría valorarse al inicio de la terapia, comenzar con sesiones individuales para ayudar a tomar una solución definitiva y favorecer el bienestar personal.
Tomar la decisión de dejar atrás esa relación que no está aportando nada positivo nos repercute de manera positiva.