A simple vista, pensar de una manera positiva no parece tarea fácil, sin embargo, si se entrena cada día, con constancia y esfuerzo, se irá convirtiendo en una nueva forma de vida que te favorecerá en muchos aspectos y te sorprenderás de los resultados que obtienes.

Ten en cuenta que durante muchos años nos han enseñado a focalizar la atención en la parte negativa de las cosas, algunos incluso piensan que anticipando consecuencias negativas a los acontecimientos evitan sufrimiento, no obstante, si analizamos detalladamente esta idea, podemos concluir que nada evita el sufrimiento, tan sólo nuestra forma de pensar y nuestra actitud ante la vida.

Es por ello que es tan importante trabajar sobre esos «pensamientos distorsionados» que tanto sufrimiento nos ocasiona. Éstos son tan automáticos que a veces ni siquiera los percibimos.

Como muchas veces digo en mi consulta, al igual que dedicamos tiempo para entrenar nuestro cuerpo, también hay que dedicar tiempo para entrenar nuestra mente.

Para entrenar esta nueva forma de pensar en positivo, debes tener en cuenta que:

1- El pensamiento deberá ser positivo y realista.

No sirve de mucho que utilicemos pensamientos que nos alivien momentáneamente, pero que tengan poca probabilidad de que puedan llegar a ser así.

EJEMPLO

Imaginemos que nuestro hijo que suele llegar del instituto a las 15:00,se retrasa un cuarto de hora.

A) Pensamiento negativo: «Seguro que le ha pasado algo malo, le ha atropellado un coche o alguien se le ha dicho algo y se lo ha llevado».
Si pensamos así lo más probable que ocurra a continuación es que entremos en pánico y vayamos a llamar a la policía.

B) Pensamiento optimista irreal: » Ah!, seguro que está bien, a él nunca le puede pasar nada malo».

C) Pensamiento optimista real: No tiene por qué haber sucedido nada malo, probablemente se haya entretenido a hablar con los compañeros. La semana pasada lo hizo. Esperaré a ver.»

2- No te centres sólo en los resultados negativos.

Analiza todas las posibilidades tanto negativas como positivas de la situación ( a veces éstas últimas son más numerosas y más probables).

3- Confía en ti mismo y en tu capacidad para resolver problemas.

A menudo caemos en un estado de indefensión que nos hace pensar que no podemos hacer nada, que no hay más remedio. Esto nos hará evitar situaciones o afrontarlas de manera errónea.
Prueba a coger un papel y escribir posibles soluciones, analiza en cada alternativa pros y contras. Si no se te ocurre nada en ese momento, date tiempo.

4- Intenta aprender de los sucesos negativos.

Lo creamos o no, y aunque resulte difícil, todo conlleva un aprendizaje. Pregúntate:
¿ Qué puedo aprender de esto?
¿Qué puedo sacar de positivo en esto?
¿ Cómo puedo hacerlo la próxima vez?

5-No estés pensando continuamente en las consecuencias de todo.

Esto es «rumiar», es agotador y no nos lleva a ninguna parte.

6- No olvides que los sucesos negativos no son permanentes, todo pasa…

7- Empieza a escribir un DIARIO DE PENSAMIENTOS POSITIVOS.

Escribe cada día cosas positivas que hayan ocurrido, que te hayan hecho sentir bien, que hayas conseguido, que te hayan gustado, ilusiones, proyectos…

Esto te ayudará a poner en práctica este entrenamiento y a focalizar tu atención en aspectos positivos de la vida, poco a poco te sorprenderás de que empezar a pensar de manera optimista te hará cambiar tu forma de ver las cosas y tu forma de vida.

Si necesitas ayuda no dudes en ponerte en contacto conmigo.

Espero que os haya parecido interesante y empecéis a ponerlo en práctica desde hoy mismo. Animaros a darme vuestra opinión y contarme vuestra experiencia.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja un comentario