Psicología y nutrición están cada vez unidas debido a que el cómo nos sintamos con nosotros mismos influirá en nuestra propia alimentación. Es tal la importancia que dentro del amplio campo de la psicología existe una disciplina concreta que trata la alimentación.

La psicología nutricional como paso previo a la dieta

Para que una persona supere su trastorno alimenticio debe ser tratado en el plano psicológico antes de iniciarlo en una dieta. Mantener un sano equilibrio entre mente y nutrición nos permitirá llevar una vida sana y feliz.

En todos los ámbitos es importante conocer la mente humana, especialmente en el campo de la psicología nutricional ya que juega un papel muy importante para la prevención y el tratamiento de enfermedades como la anorexia, la bulimia y la obesidad.

En el caso de la anorexia, el paciente debe ser asistido en terapias de psicología nutricionalque le ayuden a recuperar su autoestima y lograr la aceptación de su cuerpo. Las personas con obesidad deben recibir tratamiento para vencer su ansiedad y convencerse de que la comida lejos de darle alivio puede crearle serios problemas a su salud.

Estos desórdenes alimenticios están influenciados por las ideas que se crean en la mente como el afán de ser delgado como las modelos, y el bullying causado por el sobrepeso. Los psicólogos trabajan para lograr que el paciente supere esos conflictos y pueda llevar una vida normal.

La relación de la alimentación con el estado mental

Los conflictos emocionales influyen de manera significativa en la alimentación de las personas. Estas pueden dejar de comer ya sea porque su estado de ánimo les quita el apetito o porque temen engordar o bien, encontrar en el consumo de dulces, grasas y comida chatarra el alivio a su depresión. Ambas situaciones pueden afectar seriamente la salud física de las personas.

Esto los convierte en un círculo vicioso que sólo un tratamiento psicológico puede ayudar a superarlo y luego cambiar los hábitos alimenticios de la persona para llevar una alimentación beneficiosa para su salud y desarrollo.

Factores como el estrés, la depresión y la baja autoestima agravan los desórdenes alimenticios. Es muy normal que las personas ansiosas o deprimidas busquen consuelo en una golosina o un pastel alto en azúcar y grasas saturadas, lo cual puede derivar en sobrepeso y complicarse con una baja autoestima por la apariencia física y rechazo por parte de la sociedad.

El objetivo de la psicología nutricional es por tanto atacar la raíz del estado emocional del paciente y ayudarlo a recuperar la seguridad en sí mismo y que no vea la comida como su enemiga ni como un remedio para el ánimo.