La educación se recibe principalmente en el hogar y es la base para el desarrollo de todo niño desde la infancia hasta llegar a la juventud. La educación que reciba influirá tanto en su personalidad como en la forma de comportarse en la sociedad. Por tanto, afectará tanto a nivel social como a nivel personal.
El educar a los más pequeños en positivo tendrá muchísimas ventajas y facilitará la asimilación de conceptos de una forma mucho más natural y sana. Este es un aspecto muy importante a tener en cuenta dentro del desarrollo en la Psicología Infantil. Sin embargo, muchos padres no saben cómo educar en positivo a los niños, lo que a veces dificulta que éstos crezcan con buenos hábitos y por tanto influyendo en cierto modo en la personalidad y el carácter.
El educar en positivo no responde a una regla matemática y desafortunadamente no existe una sola regla para aplicar una educación perfecta, ya que cada niño tendrá unas necesidades concretas y lo que funciona para unos, no funciona en otros. Sin embargo, sí se pueden tomar algunos consejos inculcando una educación proporcionada en la que se expongan límites y normas, pero dejando que el niño tenga libertad y crecimiento personal.
Consejos para educar en positivo
- Permite que exploren: Deja que el niño explore, que se tropiece, que rompa algo por error, que descubra cuál sí y cuál no por él mismo, ya que sobre todo en los primeros años de vida, esto es importante dado que así aprenderán de los errores.
- Protege y quiere a los tuyos siempre: efectivamente, la protección en exceso no es buena porque forma a un niño miedoso e inseguro, sin embargo, tampoco es aconsejable el exceso de distancia emocional con él y la ausencia de protección. Hazle saber que estás ahí, transmítele tu afecto, dile cuánto lo amas y cuídalo respetando sus límites y espacio personal.
- No compares: Cada niño es único, por ello, no caigas en comparaciones con otros niños, conoce bien a tu hijo y edúcale en ser uno mismo.
- Marca límites y normas: los niños en los primeros años de vida no están preparados para acatar normas, pero pasado los dos o tres primeros años, es necesario clarificar normas y de ahí en adelante ir adecuando y añadiendo normas acordes con cada etapa evolutiva.
- Ten mucha paciencia: Sé paciente. Si tu hijo no aprende a la primera y no hace las cosas exactamente como te gustaría, déjalo que crezca por sí mismo y respeta que no lo haga a tú manera.
- Mantén un clima de confianza: Siempre dale confianza, pues si tu hijo no se siente cómodo y confiado, dudará de ti y de lo que digas.
- Sé su amigo y padre a la vez: Ten un ambiente cercano a él, donde se sienta cómodo y se exprese como es, de tal modo que conozcas cómo se encuentra en todo momento si tiene un problema o le ocurre algo. Siempre poniendo límites, pues no eres su amigo sino su padre.
Consulta a un Psicólogo Profesional Infantil
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