Carencia afectiva

Desde que nacemos sentimos la necesidad de ser queridos y cuidados por nuestros seres queridos. La ausencia de alguno de estos elementos nos puede llevar a experimentar carencia afectiva.
Con frecuencia nos preguntamos qué es el síndrome de carencia afectiva ya que suele ser algo frecuente en nuestras vidas y que cada vez más los padres toman en consideración.

Queremos informaros de todo aquello que pueda influir en los diferentes aspectos de la personalidad y pueda favorecer o afectar en nuestro estado de ánimo. Es por ello que en nuestro Centro de Psicólogos en Málaga os vamos a informar sobre la Carencia Afectiva y cómo debe ser tratada.

Qué es la carencia afectiva y por qué es tan importante

La carencia afectiva se produce ante la ausencia sustancial de afecto durante una temporalidad lo suficientemente larga como para repercutir en la sensación de bienestar de la persona que la padece.

La carencia de afectividad puede causar graves problemas en el desarrollo de la personalidad, especialmente cuando ésta se ha producido en edades más tempranas. El afecto constituye un valor fundamental para la fortaleza emocional del individuo.

El dar y recibir afecto forma parte de la estabilidad emocional y física tanto de niños, adolescentes y personas de edad avanzada siendo necesaria en todas las etapas de nuestra vida.

Constantemente nos encontramos con conflictos emocionales que se nos presentan en la vida, sin embargo, la carencia afectiva puede originar la aparición de graves trastornos emocionales. Es por ello que recomendamos tratarla lo antes posible.

 

Cómo identificamos los síntomas de la carencia afectiva

La carencia afectiva es un síndrome que puede presentarse de forma cotidiana en cualquier persona dado que constantemente estamos expuestos a factores que pueden afectar a recibir o no ese cariño por parte de los demás.

Determinados síntomas pueden ser el indicativo de estar padeciendo un episodio, tales como:

  • Un nivel de confianza bajo.
  • Aislamiento social, caracterizándose por dejar a un lado la relación con personas importantes para la persona que lo padece.
  • Presentar un mayor grado de impulsividad que puede derivar en conductas y reacciones agresivas.
  • Capacidad de atención y concentración disminuye.
  • Falta de desarrollo de lenguaje y habilidades sociales.
  • Dificultad para expresar y gestionar los sentimientos mostrándose fríos ante casi todas las situaciones.
  • A largo plazo, puede llegar a desencadenar episodios de ansiedad.

Cómo trabajamos la carencia afectiva

En consulta, llevando a cabo un trabajo profundo sobre la historia afectivo-emocional del paciente; trabajando la parte emocional y aportando herramientas y recursos para hacer frente a la gestión de pensamientos y emociones no resueltas, dirigidas a favorecer la calidad de vida y sensación de bienestar del paciente.

Carencia afectiva en niños y adolescentes

La carencia afectiva en los niños provoca desordenes graves en el desarrollo de su personalidad y por tanto pueden crear serios problemas emocionales que deben ser supervisados y controlados por psicólogos infantiles expertos.

Uno de los problemas relacionados con la carencia afectiva en niños es la falta de atención de algunos padres hacia sus hijos. Esto ocurre en numerosos casos debido a la ajetreada vida laboral que existe en la actualidad y/o a la dificultad de los propios padres para gestionar sus emociones.

La falta de atención de los padres hacia sus hijos ocasiona en ellos una carencia de afecto que influirá negativamente en las distintas etapas de su vida, desarrollándose en algunos casos trastornos de conducta. En casos más severos, podría verse afectada la salud mental del niño.

Los padres como principal apoyo para tratar la carencia afectiva

El deber de los padres es proporcionar al hijo el cariño, cuidado y la protección que éste necesita. Es por ello que podría resultar útil realizar una autoevaluación precisa sobre la conducta habitual con respecto al tiempo compartido con los hijos y verificar que es el adecuado. Siendo necesario en muchos casos reorganizar la vida y retomar momentos compartidos con el hijo para favorecer su bienestar. En caso de que éste presente dificultad sobre la gestión y expresión de sus propias emociones, podría ser conveniente buscar la ayuda de un profesional especializado que le proporcione las herramientas necesarias para solventarlo.

Existen muchas soluciones como seleccionar un tipo de trabajo que le permita estar cerca del niño o buscar actividades conjuntas para pasar momentos felices. En caso de no trabajar esta situación probablemente el niño presentará problemas de conducta severos a lo largo de su vida. Recomendamos asesoramiento por parte de un psicólogo experto mediante cita previa o a través de la psicología online.